I kissed a girld

La puerta del servicio de señoras amortigua un poco el sonido ensordecedor de la música que hacía unos segundos atravesaba mi cuerpo haciendome bailar como ipnotizada...aún podía sentir aquellas miradas resbalando por mi piel...

Para mi sorpresa no había puertas en los w.c., solo unas cortinas negras y gruesas, como las de los cambia-ropa de las tiendas de moda, jamás había visto algo igual...y juro que no era efecto de wiskey...para mi sorpresa tampoco había cola, cosa que en este caso fue grata, estaban todos ocupados eso sí, pero no había cola esperando, tan sólo una chica que me miraba desde que entré, quizás por mi forma curiosa de mirar las "puerta-cortina"...que "raritos" que eran es esa isla..."puertas-cortinas"..."puertas-cortina"...mi mente alcoholizada no dejaba de repetirlo...

-No hay puertas...le digo a la chica...obvio...
La chica, bellísima, me sonríe, pensando seguramente en la monumental borrachera que llevaba, me pregunta de donde soy, a la vez que resalta mi belleza acercándose a mí, le sonrío y comenzamos a charlar esperando que alguien abandone un w.c.

Me cede pasar primero pero antes me pide un cigarro, yo que no traigo el paquete conmigo, le ofrezco el mío, ella acepta y sonríe mirando como lo aparto de mis labios para ofrecérselo...

-Tranquila, yo aviso que está ocupado...
-Gracias.

Al salir aliviada, me dispongo a despedirme mientras me recompongo el pelo ante el espejo, mi desconocida isleña se acerca a mi con el cigarro entre sus finos dedos ofreciéndomelo de nuevo...

-Puedes quedartelo, fuera tengo más...
-Ya te vas?
Me susurra en el cuello mientras tirando la colilla al suelo pasa una de sus manos por mi cintura y acerca su cuerpo al mio.
Me siento turbada...excitada, excitada?? Sí!!
-Es que me esperan fuera...
-De verdad tienes que irte?
Mis respuestas no sonaron demasiado convincentes, mientras ella me hablaba en susurros junto al lóbulo de mi oreja y acariciaba mis nalgas pegando su cuerpo al mío...sus labios dejaron una estela de saliba por mi cuello que yo rendida doblegué, hasta que vencida por completo su boca tomó la mía y pude conocer la pasión de aquella hermosa mujer...una pasión cálida, suave, extremadamente femenina, jugosa y fragil, pero a la vez poderosa, y capaz de quebrar todo mi cuerpo.










Al salir regresé junto a mi acompañante sonriendo...le conté lo sucedido y le dije, me he asustado!!

-No me extraña...
-Pero no me he asustado de ella...me he asustado de mí!!

Siempre que recuerdo a mi isleña y aquel beso, sonrío y una suspiro se escapa de mis labios.